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diario gestión, 2 de octubre

COVID-19: la tecnología al rescate

"La experiencia muestra que un 93% de las vacunas que llegan a la fase 3 fracasan. Es posible que tengamos que convivir con el virus más allá de las optimistas predicciones de los políticos." - Carlos Anderson, Presidente del Instituto del Futuro 

Publicado: 2020-10-02

La ciencia y la tecnología se alzan frente al reto de una emergencia sanitaria sin parangón en la historia del mundo, una pandemia que en nueve meses ha contagiado a por lo menos 35 millones de personas y causado la muerte de más de un millón. 

En el Perú, nos acercamos rápidamente al millón de contagiados y -oficialmente-a los 32,500 fallecidos, aunque incluso las autoridades reconocen que un estimado más cercano a la realidad nos lleva a los más de 70,000 muertes porcoronavirus.

En la primera línea de este enfrentamiento entre el COVID-19 y la ciencia y la tecnología están los más de 120 laboratorios en el mundo (incluido el laboratorio peruano Farvet en conjunto con la Universidad Peruana Cayetano Heredia, UPCH) que compiten denodadamente por producir la primera vacuna cien por ciento efectiva contra el COVID-19.

Competencia multifacética, que involucra a encumbrados laboratorios “de marca”como Pfizer, Janssen Pharmaceutical, o Johnson & Johnson, y colaboraciones público-privadas como la que existe entre el Beijing Institute of Biological Products y Sinopharm, o la que asocia a la Universidad de Oxford con la multinacional Astra Zeneca, todas ellas con sendas vacunas en fase 3, es decir, en la fase en la que se hacen pruebas clínicas a miles de voluntarios, y que, en la práctica, constituye la antesala para su distribución masiva, siempre y cuando sean efectivas y seguras.

¿El problema? Que la experiencia muestra que un 93% de las vacunas que llegan ala fase 3 fracasan. Por ello, en lugar de simplemente encomendarnos a todos los santos, deberíamos aceptar que es posible que tengamos que convivir con el virus más allá de las optimistas predicciones de los políticos, ya sea que se llamen Mr.Donald Trump o sencillamente Sr. Vizcarra.

Y es en este punto que hacen su entrada triunfal los aerosoles antivirus, las pinturas antivirus, los plásticos antivirus, los cascos detectores de fiebre, las mascarillas y guantes antivirus, y todos los etcéteras que la imaginación e inventiva de decenas de empresas puedan desarrollar.

Productos como el SurfaceWise2, un aerosol electrostático que elimina el COVID-19 por hasta 7 días y que -con la aprobación de emergencia de la Agencia deProtección Ambiental de Estados Unido- se apresta a ir al rescate de lasaerolíneas del mundo.

O Sterilane, una hoja plástica fabricada por la empresa Smith Rosen que -combinada con una revolucionaria tecnología de luz UVC antiCOVID-19- sea presta a hacer su aparición triunfal en los supermercados norteamericanos estemes. Aunque no hay nada que indique que el coronavirus se transmite a través delos alimentos, sí hay mucha evidencia de que el contagio se da a partir de la manipulación de los mismos. 

Y ¿qué le parecen las mascarillas MOxATech, fabricada en Portugal, que inactiva el virus del COVID-19, según lo certifica el Instituto de Medicina molecular Joao Lobo Antunes de Lisboa? ¿O la pintura hecha a base de taninos hidrolizables y cobre que viene desarrollando un equipo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Perú y que se espera ayude a eliminar los contagios en el transporte público? ¿O los aditivos de alta tecnología desarrollados por empresas como la británica Symphony o la israelí Tosaf que, al dotarles de propiedades antivirales, antimicrobiales, antibacteriales e, incluso, antiCOVID-19, están convirtiendo a los plásticos, pinturas, lacas, tintas y ciertas fibras textiles en los materiales de rigor en la fabricación de todo tipo de producto médico y de protección al personal de salud?

Imagínense poder contar con todo un arsenal de envases descartables, empaques,fajas transportadoras de alimentos, fundas, sábanas, zapatillas, lentes, asientos,paredes, paneles de protección para taxis, ómnibus, tarjetas de crédito, útiles de oficina, electrodomésticos, etc., etc., etc., hechos con materiales que matan al virus. Esta es la mejor forma de empezar a convivir inteligentemente con el COVID-19, en caso nuestras plegarias a favor de una cura milagrosa tomen demasiado tiempo en llegar a destino.



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Economía Imperfecta

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