Las trampas del desarrollo
“Estamos en el año 2030. El Perú se ha consolidado como una sociedad altamente conectada, inclusiva y sostenible. Sus ciudadanos —saludables y bien educados— confían en sus instituciones y se involucran activamente en la vida civil y política del país. La economía peruana se encuentra muy bien integrada con el resto de economías de la región, con empresas que a través de la innovación y el emprendimiento han logrado crear un ecosistema de negocios vibrante, el cual complementa un sector agroindustrial moderno y a un sector de recursos naturales muy bien manejado desde una perspectiva medioambiental”. En este “escenario”, los peruanos gozan de un alto nivel de bienestar y son felices.
Fin del sueño. Ahora, volvamos a la realidad. El escenario glosado en el párrafo anterior ha sido extraído del recién publicado Tercer Volumen del Análisis Multidimensional del Perú, realizado por los técnicos de la OCDE —la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo— como parte del así llamado Programa País.
Constituye la gran aspiración, el norte, el reto que la OCDE nos plantea si es que en verdad queremos unirnos—eventual mente—a la organización, que más que un club de países ricos o avanzados o desarrollados, es un conjunto de países en busca de mejores políticas públicas con el fin de mejorar los niveles de bienestar de sus ciudadanos. Se trata de un sueño factible, pero que requiere del compromiso total de la sociedad peruana—en todas sus instancias y en todos sus niveles—y de un altísimo grado de madurez, y de sentido de urgencia por parte de sus clases dirigentes, políticos y empresarios, sindicalistas y sociedad civil. Y que necesita además de un claro liderazgo de quien al fin de cuentas está llamado a dirigir los destinos del país.
El volumen 3 responde, a manera de secuencia, a los hallazgos de los volúmenes 1 y 2. El volumen 1 tuvo como objetivo identificar las principales restricciones que han hecho hasta ahora imposible—a pesar del notable progreso de las tres últimas décadas—el desarrollo inclusivo y el bienestar. Una vez identificados, el volumen 2 tuvo como objetivo plantear una serie de recomendaciones en torno a dichas restricciones o trampas, a saber: la diversificación de la economía, la mejora de la conectividad del transporte y la formalización de los empleos y de las actividades económicas.
Ahora el volumen 3 nos propone una estrategia de implementación y un plan de acción que con claridad identifica una serie de reformas pendientes y nombra a los actores llamados a impulsarlas o llevarlas a cabo. Y lo que es más importante, el volumen 3 nos trae una serie de indicadores destinados a monitorear o “hacerle seguimiento” a las reformas propuestas, de manera que la ciudadanía toda pueda participar en este esfuerzo conjunto de construir un mejor país.
En su conjunto, los tres volúmenes del Análisis Multidimensional del Perú, realizados con sumo cuidado y con la participación—además de los técnicos de la OCDE—de técnicos independientes, empresarios, y representantes del aparato del Estado, deberían ser lectura obligatoria de todos aquellos que aspiran a dirigir los destinos del país a partir del 2021 (o del 2020, Dios no lo quiera). Sobre todo, el volumen 3. Se podrá discrepar de algunas de las reformas allí planteadas y se podrá cuestionar la real valía de uno que otro indicador. Pero lo que no se puede negar es que constituye una base sólida para construir un consenso económico- político de aquí al 2030.
El escenario, sueño, o reto planteado por la OCDE no solo es factible: es necesario y constituye un camino certero hacia el progreso y la felicidad de todos los peruanos.