#ElPerúQueQueremos

diario gestión, 29 de diciembre del 2017

Expectativas alteradas

Publicado: 2017-12-29

Hoy parece un chiste el leitmotiv de la reunión de la CADE 2017, de hace apenas un mes. “Cuerdas separadas”, entre los mundos paralelos de la economía y la política. Y parece un chiste porque no existen ya dudas del nocivo papel que ejercen el caos y la inquina política sobre las perspectivas económicas del país. Las cuerdas siguen entreveradas.

En efecto, desde un punto de vista económico, la grave crisis política del último mes del 2017 no podría haber sido más inoportuna. Se da justo en momentos que —en palabras del economista jefe del banco de inversión Goldman Sachs, Jian Hiatzus— las condiciones de la economía mundial son “as good as it gets”. Es decir, inmejorables. Porque mientras la clase política y la ciudadanía se desgañitaban con argumentos en pro y en contra de la vacancia presidencial, primero, y luego a favor y en contra del así llamado “indulto humanitario” al exdictador Alberto Fujimori, la cotización del cobre no dejaba de subir. Y con el cobre, los precios de otros metales y materias primas que el Perú exporta, en medio de un renacer del comercio internacional que por fortuna ha desoído los cantos de sirena del proteccionismo.

Paralelamente, sin embargo,  el caos político y su progresiva judicialización han paralizado al Estado peruano. Nadie quiere firmar nada. La Reconstrucción con Cambios se ha transformado en la Paralización sin Cambios. Nadie lidera, ni a nivel nacional, a nivel sectorial, regional o municipal, salvo grandes excepciones, por supuesto. ProInversión sigue achicando el portafolio de proyectos de inversión para el 2018, luego de haberlos reducido a su mínima expresión en el 2017, atado como está de pies y manos por una débil regulación y sumido desde hace buen tiempo en una crisis institucional, con un “encargado” de la jefatura, y sin mayores recursos para fortalecer su “capital humano”.

Los “grandes proyectos”  heredados de la administración Humala —la refinería de Talara, la línea 2 del Metro, el aeropuerto de Chinchero— son los únicos, para nuestra desgracia, que marchan viento en popa. Y digo “para nuestra desgracia” porque su altísimo costo no se condice con lo poco que le han de añadir al desarrollo económico del Perú. Solo queda esperar que, al menos, los trabajos en preparación para los Juegos Panamericanos cumplan el calendario establecido para el 2018. Según algunos cálculos, podría añadirle hasta uno por ciento de crecimiento al PBI del próximo año. 

A nivel privado, los “espíritus animales” —esa magnífica imagen de Keynes para describir la confianza que impulsa la producción y el consumo y hace andar la rueda de la economía— se han vuelto a acobardar. Los empresarios dudan si contratar e invertir más, y los consumidores se debaten entre comprar algo y ahorrar o pagar deudas. Tan sencillo y tan dañino como eso.

Hasta antes de la crisis de  diciembre, los analistas económicos nacionales y extranjeros llamaban al 2018 “el año de la recuperación”, pronosticando —casi al unísono— tasas de crecimiento del PBI de alrededor de 4%. Algunos analistas tuvieron el buen tino de señalar que el "riesgo del pronóstico” era a la baja. Que la bonanza de la economía internacional, los excelentes términos de intercambio, las inversiones por los Juegos Panamericanos y las inversiones relacionadas con la reconstrucción prácticamente aseguraban una vuelta a tasas de crecimiento del 4% o más. Ahora ya no están tan seguros porque este círculo virtuoso relacionado con la bonhomía del sector externo no es suficiente. Para crecer de manera sostenida necesitamos que se reactiven la inversión y el consumo. Y ambos “son una función” —en términos matemáticos— de la confianza. Y es la confianza la que ha recibido una herida casi mortal.

En 18 meses, el gobierno  del presidente Kuczynski se ha revelado débil, políticamente naif y con escasa o nula capacidad para administrar los asuntos del Estado. Se necesita un cambio. Urgente. Lamentablemente, la incertidumbre es tal que tiene alteradas las expectativas de crecimiento. Solo un shock de confianza evitará que 18 meses se conviertan en 5 años perdidos. Que esta sea nuestra resolución de Año Nuevo.


Escrito por


Publicado en

Economía Imperfecta

Otro sitio más de Lamula.pe