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29 de septiembre, 2017

Recuerdos del Futuro

"Seguimos ignorando los problemas fundamentales, los temas que inevitablemente han de tener un impacto transformacional de nuestra economía y nuestra sociedad, para bien o para mal"

Publicado: 2017-09-29

Las preocupaciones que hoy nos afligen, políticas y económicas, probablemente están destinadas a los pies de página de la historia del Perú. Como desaprensivamente dijera el presidente Kuczynski cuando le presentaron una encuesta no muy halagadora: “No ha sucedido nada catastrófico”. Efectivamente. Ni la economía ha colapsado, ni el enfrentamiento Congreso-Ejecutivo es de naturaleza terminal, ni el mundo está al borde de una guerra nuclear -aunque los gritos desaforados de los líderes de EE.UU. y Corea del Norte parecieran indicar lo contrario. Lo único que se ha desplomado es la aprobación presidencial y ese es apenas un dato.

Pero allí están, los mismos temas, los mismos enfrentamientos nimios, las mismas envidias, las mismas minucias del día a día noticioso, la anécdota tan alejada de la esencia. Y, mientras tanto, seguimos ignorando los problemas fundamentales, los temas que inevitablemente han de tener un impacto transformacional de nuestra economía y nuestra sociedad, para bien o para mal. 

Me refiero a los cambios en la demografía, al envejecimiento relativo de los peruanos y a la falta de previsión para el ahorro que nos caracteriza. Y me refiero también a las posibilidades y riesgos inherentes al cambio tecnológico y en particular su efecto sobre el empleo, en un país donde la automatización tiene el potencial de reemplazar al 53 por ciento de la PEA del Perú, un total de 6.3 millones de personas, según un preocupante estudio de la consultora McKinsey. Y me refiero al futuro del empleo y las posibilidades de aprovechar el “bono demográfico” en un país donde la educación y la formación profesional siguen inspiradas en los empleos del pasado.

Reflexiono acerca de estos temas en un lugar insospechado: en el plácido Palo Alto, California, ciudad donde con toda justicia se encuentra localizado el Institute for the Future, un think-tank dedicado a la enorme tarea de “pensar futuro” para beneficio -sobre todo- de las empresas que en este rincón del Silicon Valley se dedican a crear futuro. Los Google, Apple, Uber y demás estrellas del firmamento digital. 

Aquí no solo se aprende a “pensar futuro”, sino que se “experimenta” el futuro. En la mencionada institución no solo se producen estudios, mapas y metodologías para avizorar el futuro. Incluso hasta se crean “artefactos del futuro”, los cuales con un poco de imaginación describen una realidad a veces deseada, otras temida, pero siempre posible y hasta probable. Una visita al baño del instituto, por ejemplo, me paralizó: hay un anuncio que advierte al usuario que al hacer uso del WC le da permiso a la ciudad para que esta analice el contenido de sus deposiciones como parte de un metaestudio de salud. Fecha: ¡¡¡2027!!!

La propia ciudad de Palo Alto ayuda a pensar “futuro”.  Aquí hay una tienda atendida completamente por robots. Un café donde tomar una taza de dicha bebida es una experiencia de lo más sofisticada, con un barista que muele de manera personalizada cafés de los más exóticos de las formas más variadas. Y para compensar, un cinema que ha sido restaurado en todo detalle a su año de construcción, 1925, donde ayer vi en “estreno” “Possessed”, una película extraordinaria con Joan Crawford en el papel principal. En Palo Alto y en todo el Valle del Silicon hay una cultura de pensamiento futuro imposible de replicar. 

Como lo hiciera hace un par de meses atrás en un seminario organizado en Londres por el School of International Futures -SOIF- mi objetivo de esta semana en el seminario organizado por el Institute for the Future de Palo Alto es darle una mirada al estado del arte en materia de pensamiento futuro. Mi objetivo es traer este “estado del arte” al Perú a través de un Instituto del Futuro que comience la impostergable discusión acerca de esos temas que han de dominar las páginas principales de la historia futura del Perú. Deséenme suerte. Por ahora, ya están avisados.


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Economía Imperfecta

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