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diario gestión, viernes 24 de julio del 2015

El Discurso Presidencial: Borrador para Discusión

Publicado: 2015-07-24

“Compatriotas. Entramos al ultimo año de mi gobierno en circunstancias menos propicias que las que me hubiera gustado. Las contradicciones se han agudizado. El entusiasmo y la alegría se nos ha escurrido entre los dedos. Las condiciones externas se han hecho mas riesgosas y complejas y nos han afectado. Hemos cometido errores, algunos por omisión, otros llevados por el apuro y—lo reconozco—un cierto grado de improvisación. La altísima tasa de rotación ministerial nos ha llevado a marchas y contramarchas y ha proyectado una imagen confusa de incertidumbre y falta de convicción acerca del rumbo a tomar. Y lo que es peor, ha debilitado nuestra frágil institucionalidad.   

Ciertamente la situación es difícil pero no es tan catastrófica como la pinta la oposición política representada aquí en el Congreso de la Republica—y menos aun, como la caricaturiza la otra oposición, esa que se regodea día a día con su infinita capacidad para la sugerencia, las medias verdades, el dogma, las opiniones disfrazadas de información y la información tiznada de maledicencia y oportunismo. Vivimos una realidad alterada. En ella existen denuncias de todo tipo, todos somos sospechosos, la corrupción—real o supuesta—se convierte en el tema único del crispado debate político. La independencia de los poderes del Estado es cuestionada por tirios y troyanos. Y mientras tanto, la delincuencia, el narcotráfico, y la conflictividad social se adueñan del diario quehacer de los ciudadanos.

El momento actual es complicado, no cabe dudas. La economía nacional ha perdido dinamismo. Las exportaciones han caído. El empleo formal casi no crece y la producción en general enfrenta un panorama de expectativas negativas. Pero esta realidad no es exclusiva del Perú. América Latina ha recibido de manera frontal el deterioro de los términos de intercambio, y en particular el fin del súper ciclo de los metales. Aun así, en el caso especifico del Perú, debimos haber actuado mas proactivamente. Las vicisitudes de la economía internacional—la crisis de deuda soberana griega, la desaceleración de la economía china, la amenaza de alzas en las tasas de interés de los Estados Unidos—nos anunciaban las dificultades, pero nos dejamos llevar por la auto complacencia.

Los paquetes de medida económica llegaron tarde y en su mayoría fueron insuficientes o intrascendentes. Y no supimos enfrentar con decisión las barreras al crecimiento productivo, y en particular, los supuestos o reales dilemas medioambientales relacionados con grandes proyectos de inversión minera.

Pero todo esto es el pasado. Los últimos cuatro años también han sido generadores de ideas y hechos transformadores de lenta maduración, pero que apuntan a un futuro mejor. Los avances en materia educativa son reales. Hemos comenzado a sentar las bases para una mas diversificada oferta productiva. Estamos avanzando en la creación de una infraestructura carretera que limite el aislamiento de importantes zonas del país. Los programas sociales—aun con todo sus defectos—le dicen a un sector excluido que no han sido olvidados. Hay una mayor toma de consciencia e identificación de los obstáculos al progreso material del país. Le hemos planteado un reto de futuro al Perú, mas allá de los limites temporales de mi gobierno: ser país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) hacia el 2021. Y hemos seguido enfatizando la importancia de la integración comercial y financiera en el ámbito de la Alianza del Pacifico como corredor fundamental de la economía mundial del nuevo siglo.

Los peruanos podemos mas. Merecemos mas. Soy consciente que no hemos estado a la altura de las posibilidades reales y de las legitimas aspiraciones y expectativas de los ciudadanos. Nos proponemos cambiar. Pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos que cambiemos todos juntos. Que pongamos los intereses de grupo a un lado y nos concentremos en los intereses de todos los peruanos. El Perú es grande: No lo podemos defraudar.


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Economía Imperfecta

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