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diario gestión, enero del 2015

Pensar en futuro

"Hay dificultades para pensar de  manera  estructurada los temas de mediano y  largo plazo"

Carlos Anderson

Publicado: 2015-01-27

En Diciembre 2013 apareció “Why and How Latin America Should Think About the Future”, un breve texto del ex - senador chileno Sergio Bittar publicado por el Inter American Dialogue, un importante think tank de Washington D.C. En él, el Sr. Bittar hace un balance de la experiencia planificadora de la región latinoamericana y resalta una falencia común entre los organismos de planificación de la región: su pobre tratamiento de los temas de futuro. Contrasta, además, dicho tratamiento con el que se lleva a cabo en economías y sociedades más desarrolladas. 

 Según Bittar, en América Latina las instituciones de planeamiento “están retrasadas en su habilidad para desarrollar una visión estratégica que ayude a priorizar objetivos y construir un consenso político” y “tienen dificultades para pensar de manera estructurada los temas de mediano y largo plazo”. Y lo que resulta más grave aún: “la debilidad en materia “prospectiva” reduce la habilidad de cada país para reaccionar a eventos inesperados”.

Los escenarios de futuro, la anticipación estratégica y el desarrollo de una visión de largo plazo son elementos consustanciales al planeamiento estratégico moderno. Todos requieren de información acerca de factores cuyos efectos probables no son conocidos y muchas veces ni siquiera son conocibles. El futuro, bien lo sabemos, es sumamente difícil de predecir. Los economistas, en particular, han desarrollado métodos estadísticos (econométricos) con el fin de identificar y extrapolar de la manera más consistente y con el menor ruido posible, relaciones de carácter histórico que persistan a lo largo del tiempo y que sean pasibles de ejercicios y/o análisis de sensibilidad. No lo llaman prospectiva pero se confunde con ésta por la naturaleza de sus proyecciones y la tendencia a denominarlas “Escenario Optimista”, “Escenario Pesimista” y “Escenario Moderado” o “Escenario I, II y III, cuando el desarrollo de escenarios de futuro requiere una lógica y una forma de pensar—en particular acerca de posibles “disrupciones”--que está ausente en los ejercicios de extrapolación de tendencias característicos de la econometría.

“El futuro—nos dice Claude Godet—no debe ser visto como una línea recta única y predeterminada de prolongación del pasado: el futuro es múltiple e indeterminado”. Múltiple e indeterminado, precisamente lo que señala Sergio Bittar, pero no como destino trágico o declaración de imposibilidad, sino como reto: el reto de encontrar un conjunto de escenarios posibles y deseables con un alto grado de probabilidad. “Ser dueños de nuestro futuro” es tal vez otra forma de expresarlo. Pero la construcción del futuro—posible y deseable—requiere método y dicho método--nos lo recuerda también Claude Godet--descansa en el logro de por lo menos dos grandes objetivos estratégicos: i) orientar la acción presente (el plan) a la luz de los futuros deseados y ii) identificar hechos insignificantes del presente pero inmensos en el futuro debido a sus consecuencias potenciales. 

 Por otro lado, la identificación temprana de “hechos insignificantes de grandes consecuencias potenciales” (el así llamado “early warning” o “anticipación estratégica”) demanda habilidades para la identificación de actores y temas que por no ser evidentes, constituyen esas “undercurrents” o corrientes subterráneas que en determinado momento—cuando uno menos lo espera—surgen a la superficie y lo cambian todo. Demanda, sobretodo, una metodología e instrumentos propios de la prospectiva.

¿Cómo definimos “prospectiva”? Tal vez la más precisa definición sea la que nos proporciona el Instituto de Prospectiva Estratégica de España: “La prospectiva es una disciplina con visión global, sistémica, dinámica y abierta que explica los posibles futuros, no sólo por los datos del pasado sino fundamentalmente teniendo en cuenta las evoluciones futuras de las variables (cuantitativas y sobretodo cualitativas) así como los comportamientos de los actores implicados, de manera que reduce la incertidumbre, ilumina la acción presente y aporta mecanismos que conducen al futuro aceptable, conveniente o deseado”.


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Economía Imperfecta

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