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PODER360° - Una historia de hijos pródigos

Publicado: 2013-04-12

El negocio de la banca de inversión en el Perú vuelve a tomar viada. Superada la crisis global y renovado el dinamismo de la economía, somos testigos del retorno de muchos peruanos a un mercado que promete.

Por Christian Navarro Rojas

Noviembre 2010

Manuel vuelve, Mirko también. Lo mismo hicieron Augusto, Martín, Carlos, Marcos y Alberto. Otro Carlos, Carlos García, quizá el banquero de inversión de más larga trayectoria en el Perú, hizo lo propio en 1993, cuando fundó Interinvest, hoy Summa Asesores Financieros. Todos estos peruanos tienen algo en común. Son banqueros de inversión que, junto con otros colegas ya afincados aquí, están compitiendo en un mercado que crece y que promete seguir creciendo.

El negocio de la banca de inversión es diverso, pero en síntesis busca transferir recursos de agentes superavitarios a otros que los necesitan, y a gran escala. Tradicionalmente tiene tres ramas: finanzas corporativas, dentro de la cual se ubican las fusiones y adquisiciones (F&A); intermediación; y administración de portafolios, rubro que incluye a los fondos de inversión. Todos estos negocios están presentes en el Perú, en mayor o menor grado. Pero con la confianza que representa estar en una economía con grado de inversión y haber retomado un crecimiento económico anual por encima del 5%, superando el bache del 2009 y la secuela de la crisis financiera internacional, el sol parece brillar más para todos.

Relatos de pionero

En 1987 Carlos García era un peruano más fuera del Perú. Había estudiado en la Universidad del Pacífico y a finales del gobierno militar de Juan Velasco decidió partir para EE.UU. en busca de mejores horizontes. En 1989 García conoció a Carlos Rodríguez-Pastor Mendoza, el patriarca del grupo Interbank, cuando fundó el Pacific Industrial Bank, en Islas Caimán, y se hicieron amigos. “En el 89, en la habitación de un hotel en Miami, Rodríguez-Pastor me planteó su visión de formar un grupo financiero en el Perú y yo creí que su visión era correcta, pues avizoraba la apertura del mercado de capitales, del mercado financiero, de la reforma del sistema financiero y bancario. Y tras trece años de haber emigrado, me daba la oportunidad de regresar”, señala. García pegó la vuelta al Perú a inicios de la década de 1990 y en enero de 1993 nacía Interinvest, el banco de inversión del futuro grupo Interbank, que en sus inicios participó como asesor en las privatizaciones de Edelnor, Luz del Sur y Edegel.

En el 2006 los gerentes de Interinvest decidieron comprar la participación accionaria que estaba en manos del grupo Interbank, debido a los potenciales conflictos de interés que se podían generar al pertenecer a una corporación tan grande y diversificada, y cambió su razón social a Summa Asesores Financieros. “Era una oportunidad inmejorable, aunque reconozco que nos tiramos a una piscina sin saber cuánta agua había, pero tenía 23 años de experiencia como banquero y eso era lo que siempre había hecho”, relata.

Tras ese paso, García reconoce que las cosas no cambiaron mucho. “Como Interinvest siempre fuimos independientes. No tuvimos miedo al reto de generar negocios, porque durante los 13 años que estuvimos dentro [del grupo Interbank], lo hicimos así. El 99% de los negocios los generábamos nosotros, tocando puertas. A partir de allí tuvimos más espacio para hacer más cosas, como una Sociedad Administradora de Fondos de Inversión, que lanzó un primer fondo, y ya aspiramos a tener otro más”, dice el ejecutivo.

Decisiones y más retornos

La historia de Carlos Anderson tiene otros matices. A los 26 años, tras haber laborado como redactor de la revista Medio de Cambio, de Güido Penanno, y como profesor de inglés, partió a la BBC de Londres a un trabajo en la sección de economía. Al cabo de un tiempo, Anderson pasó a laborar para la prestigiosa revista internacional The Economist, donde llegó a ser economista senior para la región América Latina y se dio tiempo para estudiar un doctorado en Historia Económica en la London School of Economics.

En 1996 se mudó a Nueva York a trabajar en el rubro de F&A del banco de inversión SBC Warburg (hoy UBS), y ha sido vicepresidente senior de Lehman Brothers y, posteriormente, jefe de F&A para América Latina de ABN Amro, habiendo realizado operaciones en España, Portugal, Colombia y México, entre otros países.

El 2007 decidió regresar al Perú como socio de Europa Partners Limited y responsable de las relaciones de este banco de inversión, especializado en F&A, en Sudamérica. “Acá hay un negocio virgen. Un banquero de inversión encuentra brechas de valor todo el tiempo, maneja los procesos de venta, genera competencia y finalmente mayor valor”, opina sobre su negocio. Anderson trabaja entre 2 y 3 procesos de F&A al año.

Mayor ajetreo tienen, al parecer, Mirko Stiglich y Manuel Gonzalez-Spahr, a quienes no pudimos contactar para este informe. El primero es el representante del banco de inversión Morgan Stanley en el Perú, que a inicios de octubre inauguró su oficina en Lima. Stiglich, de 40 años, se graduó en finanzas por la Universidad de Austin, Texas, y trabajó como corredor de bolsa en Bankers Trust y el Banco Santander. Ha sido, además, asesor de deuda externa del Ministerio de Economía y Finanzas, y de allí pasó a laborar al Deutsche Bank, en Nueva York.

Por su parte, Gonzalez-Spahr, economista por la Universidad del Pacífico y vicepresidente de banca de inversión para América Latina de Credit Suisse, es un graduado de The Wharton School y hoy lidera el proyecto para abrir una oficina de representación en el Perú, con miras a aprovechar todas las oportunidades que se le presenten. La oficina del Credit Suisse, el banco que asesoró a la familia Wong para vender sus supermercados a la chilena Cencosud, abriría a inicios del 2011. Y es, de alguna manera, la confirmación de un mercado movido como el peruano.

Actores y protagonistas

El negocio de la banca de inversión mueve, básicamente, a tres tipos de actores: los bancos boutique locales, los grandes bancos extranjeros y la banca comercial local. Y si se quiere hasta un cuarto: los banqueros peruanos de Wall Street que han regresado a su país. Cada uno tiene un segmento de negocio bastante específico.

Por lo general, las boutiques locales trabajan en transacciones pequeñas, principalmente F&A, de menos de US$100 millones. Los bancos extranjeros toman las operaciones de F&A de mayor envergadura, de más de US$100 millones, y las emisiones de instrumentos financieros que se dirigen al mercado internacional o que, por su volumen, exceden la capacidad de compra de los inversionistas locales por definición, las administradoras de fondos de pensiones. Finalmente, la banca comercial local domina el negocio de las estructuraciones de emisiones, principalmente de bonos.

En el primer grupo se ubican Apoyo Consultoría; Summa; Macroinvest, del Grupo Macroconsult; Equitas Partners de Isabel Elías, una ex banquera del ING Barings, y Omar Goyenechea; y Enfoca, de Jesús Suso Zamora, MBA de Columbia y ex gerente de Banca Corporativa y de Inversión del BCP; como abanderadas. También boutiques de más reciente creación.

En septiembre del 2007 apareció Europa Partners, liderada por Carlos Anderson. El 2008, hicieron lo propio tres bancos más: EFIC Partners, de Marcos Quiroz, ex gerente general de la chilena Celfin Capital para el Perú y Colombia, y ex banquero del JP Morgan Chase & Co.; Celfin Capital y la argentina MBA Lazard, liderada por Augusto Barreto, un MBA de Wharton que trabajó en Citigroup y Salomon Smith Barney. Y en marzo del 2009 hizo su aparición LXG Capital, de Martín Fariña, un graduado de Wharton, ex director gerente del North American Financial Institutions Group, del JP Morgan, y ex funcionario de la Corporación Financiera Internacional, del Banco Mundial.

Algunos de ellos declinaron de dar declaraciones a esta revista debido a lo confidencial de su trabajo. Y cómo lo será que la página web de LXG Capital apenas muestra lo que parece un boabab africano y un casillero que solicita una clave para ingresar a ver sus contenidos.

En el segundo grupo, el de los bancos internacionales, operan JP Morgan, Deutsche Bank, UBS, Citigroup, Bank of America Merril Lynch, Morgan Stanley y Credit Suisse, entre los más activos. Precisamente, el último está ad portas de contar con una oficina de representación en el Perú para su división de banca de inversión, tal como la tienen Deutsche Bank (2008) y más recientemente Morgan Stanley.

“En la estructuración de financiamiento el negocio está muy concentrado en los bancos comerciales”, comenta Gianfranco Castagnola, presidente ejecutivo de Apoyo Consultoría, una firma de economistas y consultores que ha derivado, además, en una boutique financiera. Y en este tercer grupo los que compiten son el BCP, el BBVA Banco Continental, Scotiabank, Citibank e Interbank. En las emisiones más complejas a veces intervienen asesores financieros.

Muévete, mercado

De acuerdo con Castagnola, las operaciones de F&A que se hacen con bancos de inversión no son más de 10 o 20 al año. ¿De qué montos? De entre US$3 millones y US$100 millones. Otro banquero, que pidió mantener su identidad en reserva, señaló que puede haber entre 5 y 10 operaciones anuales de entre US$100 millones y US$200 millones.

Si bien no hay una estadística oficial, lo que se puede decir es que el mercado local de F&A es aún pequeño respecto de sus pares de la región y que la estrella es Brasil, seguido por México. El año pasado, según DealWatch, un observatorio y base de datos de procesos de F&A, el Citigroup y Morgan Stanley fueron los bancos de inversión con mayor volumen de transacciones en el Perú con US$900 millones cada uno. Y el primer semestre del 2010, según MergerMarket, un portal especializado en la materia y propiedad del grupo Financial Times, el mercado de la región albergó transacciones por US$88.000 millones.

En cuanto al mercado de emisiones, la Conasev reportó el 2009 la inscripción de poco más de US$7.000 millones en nuevos títulos, principalmente bonos corporativos. Del total de títulos, se colocaron en el mercado unos US$1.700 millones. Y a agosto de este año, se habían inscrito casi US$3.100 millones, y colocado US$883 millones. “Percibimos un mercado local bastante profundo en cuanto a emisiones de bonos”, fue el comentario de un banquero de inversión extranjero que nos pidió no ser citado.

Si hablamos del mercado de acciones, su magra evolución ha sido sacudida recientemente por el anuncio de la oferta pública inicial (IPO, por sus siglas en inglés) de la pesquera Exalmar, con un paquete de más de US$111 millones. “El negocio allí está en contactarse con buenas empresas, con buenos fundamentos, hablarles sobre las ventajas de estar en bolsa, hacer una IPO o una colocación privada y buscar un mercado secundario para ese papel. Allí están las grandes comisiones”, señala Alberto Arispe, un MBA de Stern, la escuela de negocios de la Universidad de Nueva York, y gerente general de Kallpa SAB, una sociedad agente de bolsa que inició sus operaciones en el mercado peruano a fines del 2008, en plena crisis global. Arispe y sus socios operan, dentro de su SAB, un área especializada en mercado de capitales. “Las mineras junior son un nicho que hemos encontrado”, afirma.

Y en cuanto a la evolución del mercado de F&A, el hecho es que estuvo muy activo hasta fines del 2008 y el año pasado entró en una situación de tensa calma, a la espera de ver cómo se desarrollaba la coyuntura internacional posterior a la crisis.

“El 2006 y el 2007 fueron años espectaculares para transacciones. Hicimos unas 10 o 12, entre ellas Scotiabank y Profuturo. Pero entre 2008, fines de 2009 y comienzos de 2010 el panorama fue muy complejo, porque no había un encuentro de oferta y demanda. Aquellas empresas que estaban en venta seguían esperando valores de épocas de expansión, y aquellas empresas que estaban de compras querían valores de ocasión. Entonces, podías trabajar meses en una transacción y no te encontrabas. Otras se cayeron porque se hacían con financiamiento parcial, que estuvo más duro, con bancos más conservadores. Por eso el mercado del 2009 y del primer trimestre del 2010 ha tenido muy poco movimiento”, explica.

En Summa y en el Estudio Rebaza, Alcázar & De las Casas Abogados Financieros, una boutique legal formada el 2004, tienen una sensación parecida. En el 2008 Summa tenía un volumen importante de mandatos, sostiene García, y, explica, “casi casi que se pararon la mayoría. Teníamos ya borradores de contratos listos para la firma, transacciones con memorándums de entendimiento que se deshicieron... Fue una vorágine de locura y de ahí pasamos a no tener nada. Como que estás en un barco de vela y deja de soplar el viento”. “Antes de la crisis (global) manejábamos unas 12 transacciones, y pasamos a 2. Estuvimos muy activos por project finance (financiamiento de proyectos) y concesiones, pero las F&A cayeron de manera muy fuerte, sobre todo por parte de empresas extranjeras comprando. Hubo un remezón muy grande”, dice Alberto Rebaza, socio del estudio Rebaza.

Imán de banqueros

Lo cierto es que a la fecha el mercado se ha vuelto a dinamizar. Palabras como “efervescencia”, “espectacular” y “bárbaro”, aparecen en boca de los banqueros de inversión y de los asesores legales de estas operaciones, al menos en el negocio de F&A.

Anderson, de Europa Partners, señala, por ejemplo, que en plena crisis global manejó dos operaciones, de las cuales solo una se concretó, pero solo este año espera cerrar tres adquisiciones, una de las cuales ya concluyó, la de una empresa industrial extranjera. En Apoyo Consultoría perciben que el último trimestre el mercado ha evolucionado positivamente. “Estamos hoy con 8 transacciones en marcha, un nivel bastante alto, y con varios pedidos, 3 ó 4 propuestas más. Todos estos procesos son F&A”, dice Castagnola. Para el ejecutivo “el mercado se ha reactivado y estamos sintiendo una nueva efervescencia”.

Los estudios de abogados también muestran el mismo optimismo. “Hemos visto incrementar nuestra actividad de F&A de manera bárbara. A septiembre de este año, hemos sido el asesor legal número 7 con más operaciones a nivel regional, según los criterios de MergerMarket. Y según DealWatch, a junio, aparecen con nosotros los estudios Rodrigo, Echecopar y Rebaza. Eso significa cuánto movimiento está habiendo en el Perú. Este año hemos trabajado en total unas 19 operaciones, con lo que ya superamos lo hecho en todo el 2009”, expresa Mauricio Olaya, socio del estudio Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Olaya Abogados y especialista en F&A.

En el estudio Rebaza, que asesoró al grupo Brescia en la compra de Cemento Melón en Chile (la adquisición más importante de una empresa peruana en el 2009), están manejando casi 30 operaciones de F&A. “Estamos viviendo una situación espectacular, viendo más de lo que veíamos antes y también cosas que no veíamos antes”, afirma Rebaza. “Tienes más grupos de fuera viniendo a comprar empresas locales, que era algo que ya se veía. Y entre lo que no se apreciaba antes, estamos mirando hoy dos transacciones en Brasil, tres en Ecuador, dos en Chile, una en Argentina y una en Panamá para grupos peruanos […] Y no solo de grupos grandes, sino también medianos. Eso es nuevo”. Rebaza resalta el tamaño de las empresas que están viniendo al Perú. “Ya no solo está viniendo la gran inversión, sino la mediana y hasta la pequeña. Cuando ya tienes ese nivel de inversiones, sientes que hay oportunidades para muchos. Lo vemos en Chile, donde asesoramos a varias constructoras de allá, proveedores de servicios y de insumos para la minería que están comprando paquetes accionariales en empresas peruanas”, comenta.

Pero ¿en dónde radica el atractivo del Perú para tantos bancos? Olaya da un ejemplo de este apetito y ensaya una respuesta. “El mercado peruano ha generado un gran apetito a nivel de inversionistas internacionales, te diría que entre el 70% y 80% de las empresas medianas a grandes hoy quisiera ser objeto de algún nivel de inversión de un comprador o de un fondo de inversión. ¿Por qué? Porque estamos demostrando que somos una economía que se sostiene, con un rumbo adecuado. Aun ante algunos cambios políticos, se trata de matices. Esta estabilidad económica, sumada a la jurídica, a un marco tributario, de inversión extranjera favorable, ha hecho que el Perú esté de moda. Y a partir de eso comienza el interés, unido a la potencialidad que tiene el mercado peruano, donde está todo por hacer. Colombia está más descentralizada y con mayor inversión en infraestructura, y Chile tiene un mercado saturado en una serie de sectores. Por eso el Perú ofrece las mayores oportunidades de crecimiento en la región. Y allí aparecen los fondos de inversión y la banca de inversión”.

Según el abogado, las 20 ó 30 principales empresas del Perú, que podrían estar aún hoy en manos de peruanos, ya deben haber sido visitadas por un banco de inversión internacional para abrir su capital. El experto señala que los fondos de inversión también advierten que es el momento para entrar y salir con rendimientos espectaculares. “En Chile, se puede ganar entre 20% y 40% en tres años. En el Perú, de 300% a 400% en 4 ó 5 años. Por eso la plaza peruana es atractiva”.

Una oportunidad adicional representa la integración de las Bolsas de Valores de Santiago, Bogotá y Lima. “Aquí va a haber un ingreso masivo de los fondos de Colombia y Chile, y en esa medida creemos que incorporar a un socio no es una mala idea”, señala Arispe, de Kallpa SAB. García, de Summa, es menos optimista y señala que una integración efectiva y que potencie los tres mercados tomaría más tiempo por la alineación de temas tributarios y regulatorios.

El elusivo futuro

Con eso en perspectiva, los expertos consultados por PODER señalan que pasadas las elecciones de abril próximo, podríamos estar asistiendo a una verdadera “fiesta” en el mercado local de capitales y en el de F&A. Más allá de esa coyuntura, no creen que haya milagros de corto plazo, sino verdaderos procesos de un horizonte mayor.

Castagnola cree que, en el corto plazo, la competencia en la banca de inversión se va a intensificar y que la integración operativa de las bolsas de Chile, Colombia y Perú traerá mayor capacidad de hacer IPO, pero las empresas deben estar dispuestas a abrirse. “Aunque puede haber, de nuevo, un problema de expectativa de precios. Las empresas que quieren abrir su capital tienen expectativas algo elevadas, puede que no se encuentren oferta y demanda. Y para salir al mercado, necesitas empresas muy grandes para que sus títulos sean adquiridos por la AFP. Los próximos cinco años vamos a empezar a ver más IPO, pero lentamente”, vaticina.

“¿Cuándo veremos una banca de inversión local de mayor escala?”, preguntamos. “En países como el Perú, mientras el negocio de estructuración de financiamiento esté en los bancos comerciales, vamos a tener boutiques. El gran salto, en términos de volumen, podría darse si las boutiques comienzan a hacer más agresivamente estructuración de financiamiento, pero los bancos comerciales son muy agresivos con sus tarifas”, señala el ejecutivo. De otro lado, aún hay un volumen muy grande de operaciones que no pasa por los bancos de inversión. Rebaza estima que solo un 10% de las operaciones lo hace, pero, en cambio, todas sí involucran la participación de estudios de abogados. “Me imagino que eso va a cambiar con el tiempo”, comenta.

García piensa que, “realistamente, en 10 años vamos a haber observado grandes cambios. Hoy el Perú tiene un PBI per cápita de US$4.900. Veinte años después nos hemos recuperado. Recién en el 2020 estaremos entre US$9.000 y US$10.000 de PBI per cápita. Eso significa que va a haber entre 3.000 y 5.000 familias con patrimonios líquidos superiores a los US$100 millones y más empresas grandes listadas en bolsa. Allí vamos a ver las IPO que no vemos hoy, una renta fija [bonos] negociada en bolsa que se cuadruplica, el tamaño de los fondos mutuos en US$20.000 millones por lo menos [hasta agosto administraban unos US$5.000 millones]. Es decir, se debería haber creado mucha riqueza, pero son procesos largos, no cortos”, insiste.

En ese momento, Summa ya debería contar con una plataforma que le permita competir en las tres áreas de la banca de inversión [finanzas corporativas, intermediación y administración de patrimonios]. “En Chile, los bancos de inversión hacen todo esto. Y 20 años después miras a Larraín Vial, o a IM Trust, con balances de US$2.000 millones o US$3.000 millones, más grandes que la mitad de los bancos peruanos. Sin embargo, empezaron como boutiques con US$1 millón. El mismo crecimiento de la economía de su país los ha llevado a crecer”, reflexiona.

Por su parte, Rebaza ya piensa en llevar oficinas de su estudio a Colombia y Brasil. “Para los próximos años nuestro reto es ver cómo se adaptan las organizaciones, por eso pusimos nuestra oficina en Chile. Si continúan las inversiones de este tipo, debemos ir a Colombia y a Brasil. Nuestro objetivo debería ser tener una oficina en Bogotá y otra en Sao Paulo. “¿Los plazos?”, inquirimos. “Depende de nuestros clientes. En Chile, la oficina acompaña al Grupo Brescia. En Colombia, el esquema está armado, pero necesitamos un par de clientes más”, señala.

Anderson, sin embargo, nos ubica en un contexto internacional. “La participación del Perú en este negocio es aún pequeña. El verdadero negocio está en países como China y Brasil”. El banquero ve oportunidades en el mercado de adquisiciones, sobre todo porque en muchos sectores en vez de actuar “the invisible hand” (la mano invisible), existe un “invisible handshake” (apretón de manos invisible). “Cuando ingresen empresas como [el banco brasileño] Itaú o [empiece a producir la cementera mexicana] Cemex, por citar dos casos, allí veremos. Hay oportunidades para cerrar brechas en varios sectores que operan con ineficiencia. En 10 años experimentaremos este tipo de transformaciones”, concluye.

Lecciones del pasado

La banca de inversión es un negocio muy vinculado a la expansión de la economía. “Hasta comienzos de los años noventa no había banca de inversión en el Perú, no había asesores financieros. En los setenta y ochenta, en un contexto de inflación, falta de acumulación de capital y decrecimiento de la economía, las empresas sobrevivían y nadie estructuraba financiamientos”, recuerda Gianfranco Castagnola, presidente ejecutivo de Apoyo Consultoría.

El negocio surge con las privatizaciones. “¿Qué ocurre a principios de la década de los noventa? La Comisión de Promoción a la Inversión Privada, la Copri, requiere de bancos de inversión especializados para poder vender las empresas del Estado y para ello, convoca a concursos con bancos extranjeros, como NM Rothschild & Sons, que trabaja con nosotros; y Morgan Grenfell, entre otros. ¿Qué hacen estos bancos? Buscan siempre a una empresa local para que los ayude. Entonces, muchas casas locales vinculadas a otros negocios, como la economía, comenzaron a ser la base local para los bancos de afuera”, explica el ejecutivo.

A mediados de los noventa, en el caso de Apoyo Consultoría, ya había alcanzado un cierto grado de expertise para privatizaciones más chicas, a las que postulaba solo. “Así hicimos la privatización de todas las plantas lecheras del Estado y la de Cementos Rioja”, resalta Castagnola. Y así, aparecieron otras boutiques, como Macroinvest (de Macroconsult), Prisma Inversiones y Finanzas (de María Jesús Hume) e Interinvest, que dominaban buena parte de las privatizaciones pequeñas o buscaban asociarse con bancos de fuera para las más grandes. A finales de los noventa y en los primeros años del nuevo siglo, estas boutiques comenzaron a hacer transacciones, a vender y comprar empresas por encargo, a entrar finalmente en el mercado de F&A.

Link del articulo: http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=4930&pag=1


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Economía Imperfecta

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