#ElPerúQueQueremos

diario gestión, 17 de enero de 2014

"Davos es la voz"

Publicado: 2014-01-17

La próxima semana, lo más destacado del jet set de la política, negocios y economía internacional estará reunido en Davos, la pequeña localidad situada a los pies de los Alpes suizos. Desde ya, el ambiente es de verdadero optimismo. Una rápida mirada a la economía internacional pareciera justificarlo: una franca recuperación de la economía norteamericana, acompañada de un crecimiento ligeramente por encima de su velocidad de crucero y con ausencia de grandes o insuperables desequilibrios; una economía japonesa que gracias a las políticas expansionistas de su primer ministro, el señor Abe, ha redescubierto el gozo del crecimiento económico luego de más de dos décadas de estancamiento; una economía china que encuentra siempre nuevos argumentos para sostener tasas de crecimiento por encima del 7%; una economía pan europea que comienza a despertar de la pesadilla de la crisis de deuda soberana y a mostrar algunas  señales, débiles pero auténticas, de recuperación; los países BRICS, ellos sí, afectados un tanto por las penurias del crecimiento moderado en ambientes de grandes expectativas y demandas sociales un tanto reprimidas. Y una América Latina que a pesar del leve deterioro de sus términos de intercambio se apresta a crecer a una velocidad superior al promedio mundial. Pero, como bien lo advierte la revista The Economist en su edición del 4 de enero, tanto optimismo lleva en sí la semilla de su mayor riesgo: la complacencia. Efectivamente, los riesgos de la economía internacional siguen allí, vivitos y coleando, disfrazados de altísimas tasas de desempleo juvenil, pesadas deudas privadas y, en muchos casos, deuda pública, pequeñas burbujas inmobiliarias, cuellos de botella severos en materia de infraestructura, etcétera. Y el mayor riesgo de todos: una carrera alcista en materia de tasas de interés, luego de casi una década de tasas de interés cercanas a cero y una abundancia de liquidez internacional sin parangón en la historia de la humanidad.

“Davos 2014 pone énfasis en los temas  de futuro, alejándose por primera vez de la obsesión por la  coyuntura”.

Por eso, lo verdaderamente interesante de la agenda del Davos 2014 es el énfasis que este pone en los temas de futuro, alejándose por primera vez de la obsesión por la coyuntura. La importancia que le otorga a la necesidad de tomar en cuenta las corrientes subterráneas que, silenciosas, transforman el presente. Al papel decisivo que le otorga a la velocidad vertiginosa del cambio tecnológico y a su impacto sobre todo ámbito de la vida humana, el entretenimiento, la producción, la salud, el medio ambiente. Esta nueva edición de la Cumbre de Davos reconoce los riesgos y posibilidades que se derivan del crecimiento poblacional que, lento pero seguro, nos lleva a un mundo de 9 mil millones de personas. La globalización y su impacto sobre la cultura, las finanzas, el comercio internacional y la naturaleza misma del trabajo constituyen también temas de discusión con carácter de urgencia.

La Agenda Davos 2014 pone así énfasis en un tema que hasta hace poco era la materia prima de la que se arman los sueños y la ciencia ficción: las disrupciones (¿fin del euro?), los cambios dramáticos previstos (¿alguien dijo cambio climático?), los cambios previsibles (¿el surgimiento del corredor Asia-Pacífico como epicentro de la economía mundial?) e incluso los que, siendo imprevisibles, pueden por lo menos ser imaginables (¿una nueva crisis económica internacional?). Los cisnes negros, las crisis y sus cambios. Vocablos ausentes normalmente de las discusiones entre los hacedores de política, acostumbrados a pensar que el futuro es apenas una extrapolación del presente o del pasado reciente. Por esta razón, asistir, ya sea en persona, o virtualmente a través de la Internet, a las sesiones de Davos 2014 constituye una oportunidad de oro para cambiar el “chip” mental, abandonando el que nos lleva a la excesiva confianza y/o al conservadurismo excesivo, para adoptar uno nuevo que privilegie la preparación y la previsión frente a los cambios. Por eso decimos, sin temor a equivocarnos, que Davos es la voz.


Escrito por


Publicado en

Economía Imperfecta

Otro sitio más de Lamula.pe